"Vengo a por quien seas". Este verso de Paco Gallardo se me viene estos días a la cabeza como una flecha, y martillea sin cesar.
Cuando abrimos la puerta a esa persona que nos interesa conocer por los motivos que sean estamos haciendo también una declaración de intenciones implícita: vengo a por quien seas. Me arriesgo a descubrirte, me arriesgo a amarte y a que me duelas en más o menos tiempo. Me ofrezco a ser más paciente cuando aún no es tu tiempo aunque no entienda por qué, me ofrezco a aprender a mirar las cosas con tus ojos para poder comprenderte, me ofrezco a no salir huyendo cuando aparezcan fantasmas que no esperaba en tus rincones: me arriesgo a descubrir tus sombras porque intuyo que tus luces me compensan los posibles malos tragos que pasemos juntos. Me arriesgo incluso a que descubras que no te compensan las mías y perderte para siempre, pero declaro aquí y ahora que vengo a por quien seas, que yo lucharé por ti y asumo desde hoy lo bueno y lo malo que venga contigo.
Comments