
LOS RICOS INDIGENTES (18 de diciembre de 2019)
- María Eugenia Reyes Lindo
- 18 ene
- 1 Min. de lectura
La mayoría de quienes estéis leyendo esto podríais decir que tenéis de todo, o de casi todo. Somos ricos sin necesidades inmediatas.
Pero pasan los años y me voy viendo pobre, más que pobre, indigente. No tengo absolutamente nada. Da vértigo ver que no podemos retener nada, ni el cariño de la gente. Comprobar que nos quieren sin que lo merezcamos, que podrían no estar ahí porque ciertamente no nos deben ese cariño que jamás mereceremos. Nuestro mundo es unas paredes frágiles que construimos con mucha seguridad en la adolescencia y cimentamos en la juventud, pero hacia la edad madura y la vejez muchos privilegiados llegan a ver lo pobres que son en realidad, no tenemos ni el amor con que querernos, hasta ese amor nos viene dado. Necesitamos que nos perdonen por las veces que hemos hecho daño, necesitamos fuerza para romper con hábitos que nos hacen peores personas, necesitamos que nos necesiten para sentirnos útiles, necesitamos que nos quieran y necesitamos saber querer como cada uno necesita. Necesitamos paciencia para guiar al que está perdido y que quizás por eso nos saca de quicio, necesitamos encontrarnos y que nos acojan y que sea hogar. Necesitamos tantas cosas que no caben aquí ahora.
Necesitamos confiar y estar abiertos porque necesito darme cuenta de que tal y como han ocurrido los hitos de mi vida probablemente a mucha de esa gente que querré con toda mi alma, a la que querré necesitar, no la conozco aún.
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