El amor no sólo es algo irracional sino del todo misterioso. Debe ser algo más que química cerebral que se acaba en un año como dicen los expertos que hablan del enamoramiento, aunque claramente no son expertos en el amor.
Mis tequiero son como el río de Heráclito, nunca es el mismo porque yo no soy la misma, porque tú no eres el mismo o no te he descubierto por completo.
Cada tequiero le hace sombra al anterior, que se hace de cartón piedra cada vez, débil, menudo... pero necesario.
Y como van creciendo se me hace imposible definir mi amor por ti y si no no merecen pronunciarse, serían tequieros de goma, vacíos, por eso elijo bien a quién se los doy.
Es misterio porque si quisiéramos más a quien más se lo merece .... pero no suele ser así. Si fuera así siempre tendríamos a la pareja perfecta y habitualmente "elegimos mal", también querríamos más al hijo "más bueno" y suele ser que queremos más al que más nos necesita y está más perdido, tampoco perdonaríamos al amigo que falla ni querríamos a veces a algunos miembros de nuestra familia, incluso padres o madres o hermanos o abuelos... y misteriosamente tampoco es así.
Si los cristianos tienen razón y existe Dios y nos ha hecho a su imagen debe ser por eso que también amamos irracionalmente, como El lo hace, para querer a tanta gente que "no se lo merece". Pero sobre todo es sobrecogedor darse cuenta de que estamos permanentemente del otro lado, que a pesar de nuestros errores, de lo que hacemos y decimos, de lo que no hacemos y no decimos, toda esa gente nos quiere a nosotros aunque no lo merezcamos, y esa, esa es, sin duda alguna, la mejor parte de la herencia.
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