NO SABEMOS SER NI ESTAR (16 de Septiembre 2018)

No nos definen nuestras faltas, nuestros errores ni nuestro pasado. Es cierto que marcan nuestra personalidad, muchas veces se rompió algo, otras rompimos a alguien, y siempre nos ha quedado un peso dentro, situaciones que nos avergüenzan porque no nos imaginamos cómo fuimos capaces de hacer tanto daño, a nosotros o a los que nos rodean. Es una sombra que nos sobrevuela antes de cada paso importante o de cada situación parecida a aquella donde herimos o fuimos heridos o cuando estamos a punto de amar de nuevo...

En cualquier caso nuestros errores no nos definen.

De entre todas las "técnicas" de meditación moderna basada en las religiones orientales creo que la única "técnica" que sirve de verdad para borrar en vez de tapar es la de los cristianos.Según ellos, nuestros errores no nos definen porque lo que verdaderamente nos hace únicos y especiales es el hecho de ser hijos de Dios. Así lo que ellos llaman santidad es algo tan simple y tan difícil como dejarse querer por El, dejarse llenar por El. En el Evangelio no hay ni un milagro que no tenga su origen en la carencia, en la enfermedad, en la maldad o en la muerte. Es el único modo de que la luz brille en tanta oscuridad. Con lo cual, y por una teoría que tiene bastante lógica, cuanto más hemos metido la pata en la vida más agradecidos estamos cuando encontramos que Dios nos ama infinitamente y nos cuida así, revolcados en la mierda y con todo el daño que hayamos podido hacer. Sabernos queridos nos hace quererle a El con unas ganas y un agradecimiento que nos hace tratar bien a los demás, porque peores fuimos nosotros y nos amaron.Dicen los cristianos que Jesús en el huerto de los olivos cargó con los remordimientos, la amargura y la soledad que todos los que hemos hecho daño a otros alguna vez, y las veces que están por venir hasta el fin de los tiempos, deberíamos haber sentido. Precisamente por eso ya no tiene sentido que nuestro pasado nos pese, porque ya El pidió perdón por todo haciéndolo suyo. Ahora es tiempo de ser agradecidos, de vivir alegres porque ya nuestras faltas de amor con otros no nos definen. Porque nos define la luz y la paz de saber que pedimos perdón y en lo profundo ya fuimos perdonados.