No me gusta la gente en conjunto: ni los de Huelva, ni los de Sevilla, ni los de Granada, ni los de Cádiz ....ni los del norte ni...unos son muy secos, otros muy negativos, otros muy desconfiados, otros muy conformistas y otros muy poco humildes. Igual que por provincias lo veo por país y por continente y la humanidad entera me resulta despreciable, egoísta, materialista, individualista, todo lo acabado en ista; los tiempos se vuelven locos, los pueblos que conozco están corrompidos por las mentiras y las infidelidades, el cariño y el respeto por los animales va suplantando al cariño por los demás. Somos hipócritas, defendemos en público el sexo libre y la exhibición del cuerpo pero en privado juzgamos duramente a quien lo lleva a cabo y rechazamos tenerles de pareja. Defendemos a capa y espada el voluntariado y la solidaridad pero nos supone demasiado esfuerzo ayudar al conocido, malgastamos en casa la comida que luego repartimos fuera y pisoteamos al compañero de trabajo. Vivimos una vida alegre en las redes sociales y un profundo vacío en la vida real. Somos un enjambre corriendo a toda velocidad en dirección a ninguna parte.Tenemos un miedo atroz al silencio, a apagar la música constante, porque el silencio nos dice sin mentiras quiénes somos.
Sólo mirando a cada uno por separado encuentro esa luz o ese ansia de luz que ya lleva en sí cierta esperanza, he visto la valentía de superar grandes obstáculos a gente muy joven, que me ha enseñado a comprender y a saber esperar, he tenido hijas sin lazos de sangre con la generosidad de preocuparse por mí como si fuera algo suyo. He aprendido a querer de la mano de gente que estaba aprendiendo a vivir y he visto a viejos amigos empezar una nueva vida cuando parecía que todo estaba perdido.
Por todo esto en estos años he aprendido a no mirar el mundo en su conjunto sino individualmente, por eso, si Dios existe como nos cuenta la tradición judeo-cristiana, he entendido por qué no tendría sentido la muerte de su Hijo mas que dando la vida por cada uno, porque la humanidad no lo merece pero cada hombre guarda muy hondo la huella que le define, la que le urge a ser lo que está destinado a ser.
Commenti