En relación con la gente que nos quiere somos únicos, ni mejores ni peores, diferentes y especiales. Yo sé lo que aporto y sé que si no estoy me echarán de menos, no por ser mejor sino por ser diferente a los demás.
Cada persona en nuestra vida llena un hueco en nosotros, trae consigo una luz que es sólo suya, esa luz da sus sombras que son también únicas y también nos iluminan, porque de todo se aprende.
Por eso cada persona es insustituible, cada una ama con su amor, que es distinto al de los demás, tiene sus propias formas. Podemos vivir sin ellas para siempre pero eso no hace que sean reemplazables, podré amar a otr@ tanto como a ti, pero ya nunca de la misma manera. Por eso, sobre todo en la amistad, cada persona es un tesoro al que cuidar de manera única, a quien no necesito pero elijo necesitar, esa es la libertad última del amor. Y nos tocará aceptar el dolor de que cada persona que sale de nuestra vida no puede ser repuesta por otra igual...sólo parecida en tiempo que pasamos junt@s o incluso en calidad pero nunca igual, nunca igual.
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