LOS IMPERSONALES (10 de Marzo 2018)

¿Qué es no tener personalidad? Me preguntan los jóvenes. Creo que la única manera que la vida nos enseña de responder a esta pregunta es observar, descubrir y diagnosticar. Los impersonales brotan cada vez con más frecuencia, probablemente porque nuestra sociedad nos impulsa a la unificación. En una época que se cree abanderada de la pluralidad lo que en realidad abandera es un pensamiento único y uniforme que sólo trae desgracia para el creativo y el hombre de convicciones fuertes. Entre otras cosas porque la época que abandera la tolerancia es tremendamente intolerante con el que no lleva ese uniforme, con quien discrepa y quiere ir en sentido contrario. Por eso la mayoría de los pobres adolescentes visten igual y escuchan todos la misma música y utilizan todos las mismas escasas palabras y leen todos los mismos pocos libros y se divierten de las mismas vacías maneras. Por eso buscan perdidos quien les quiera pero el sistema no les permite más que una manera de buscar...en la que sólo encuentran sexo para acabar más solos que al principio y no pueden discrepar, no pueden, porque sus iguales les ponen la mordaza del monjismo y les apartan los likes. Ser un impersonal es llevar tu vida íntima en función de lo que te dicen tus amigos, es consumir alcohol en exceso y drogas para ser alguien que no eres por un rato y creer que así te haces un hueco en la juerga nocturna, para ser luego más patético que de costumbre. Ser un impersonal es llegar a los 30 creyendo que has vivido porque te has machacado el hígado o creyendo que has amado cuando sólo has tenido sexo con gente a la que no le importaste nada. Ser un impersonal es dejar que los vientos que soplen cada vez lleven tu barco a la deriva y no tener siquiera un puerto al que querer llegar. Ser un impersonal es pasar por la vida como una hoja al viento a la que pisan en otoño y desaparece en invierno sin dejar rastro.