top of page
María Eugenia Reyes Lindo

LAS MENTIRAS Y LOS ZAPATOS (20 Septiembre 2019)


Paseo por Sevilla ahora que comienza el otoño, sin prisa aquí después de muchos años. Miro las palmeras de la avenida intentando recordar la nostalgia con que las he mirado estos quince años pensando cuándo volvería a tenerlas para mí sin ninguna prisa, sin tener que irme. Y ahora que ese momento ha llegado siento más nostalgia que nunca no sé muy bien de qué: de los otoños de mi adolescencia en esta ciudad, del mar que ya no tengo... no sé de qué. Como ya escribí una vez es como buscar los zapatos por el suelo al levantarse y recordar que llegué descalza. Es como amar mucho algo o a alguien que se ha perdido para siempre... es la sombra inevitable de los que estamos mordidos por la niebla, es un engaño más, una mentira.

Es la mentira más importante de nuestras vidas, la única que no deja de doler cuando se acepta.

Que los gobiernos nos engañan, las noticias son falsas, las enfermedades tienen cura aunque a las farmacéuticas no les interese, que en España no se recicla en realidad, que las drogas no salvan de nada y que no sabemos lo que comemos, que el dinero mueve el mundo y no la verdad. Por eso cuanto mayor me hago más motivos encuentro para mandar este mundo a la mierda, y a la mayoría de sus habitantes también, mentirosos todos, gente sin amor que exige amor. La única guía verdadera es la luz que nos vive dentro, la que no engaña. Sólo esa sigo ya.

Mordida y sin mis zapatos voy ahora por las avenidas que se otoñan y resuenan en mi cabeza las palabras de Santa Teresa: “nada te turbe, nada te espante[...]quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta.”

Pero yo sigo mordida, añorando algo muy querido sin saber qué es. Si Santa Teresa tiene razón y Dios existe quizá sea más Dios lo que me falta y lo que duele es la certeza de saber que hasta que desaparezcan las palmeras para siempre seremos huérfanos de este todo que nos duele dentro. Hasta entonces nos queda el arte: la música, la poesía... lo único que nos salva mientras tanto, porque aunque muchos no lo sepan toda la belleza no es más que el reflejo burdo de aquello que añoramos.




7 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


Publicar: Blog2_Post
bottom of page