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María Eugenia Reyes Lindo

HOMO VIATOR (17 Agosto 2018)

Este mes en el norte está siendo uno de mis mejores veranos.

He estado con gente que quiero mucho y he visto tanta belleza tan distinta de la del sur que aún creo que mis ojos no van a poder soportarlo...lugares donde uno no puede creer que el mal exista.

He visto señoras que se sientan a pasar la tarde frente a una fuente, la misma de hace 60 años, en un pueblo de dos calles y pienso en qué piensa mirando al agua, pienso cómo les va a esos matrimonios que sólo se tienen a ellos mismos durante días durante años. Sólo pienso en el contraste con la vida en Madrid, las carreras, el humo, las horas perdidas en el asfalto, la incertidumbre, la búsqueda de algo mejor.


Tanta gente distinta, tantos estilos de vida pero nos sabemos aún en camino. La zozobra de qué mejor puesto de trabajo, qué mejor lugar donde vivir, el volver a empezar... incluso el que disfruta de mayor estabilidad se sabe homo viator, en búsqueda permanente. Hablo de la búsqueda del lugar de cada uno en el mundo, la búsqueda de unas raíces que no siempre tenemos, los amigos con los que encajar y sentirte familia, la ciudad idónea para tener “calidad de vida”, el puesto de trabajo donde nos valoren y podamos desarrollar nuestra vocación profesional... son muchos factores que cuadrar.

Es demasiado difícil encajarlo todo, rara vez uno llega y se queda ahí plantado como un girasol, feliz hasta la muerte, eso raramente pasa en este siglo.

Pero debe de haber un lugar estable, un lugar de paz, un hogar para siempre para que el hombre pueda ser feliz y descansar en este mundo. Ese hogar inmaterial que nos ancle sobre roca es lo único capaz de hacer que no tengamos vértigo aunque todo cambie y se tambalee. Dicen los que han estado allí que jamás encontraremos ese hogar fuera de nosotros aunque durante algún tiempo en el que estamos nos parezca el lugar perfecto. Pero las arenas movedizas también nos crecen dentro, por eso debe haber un Otro en quien descansar, una roca firme referencia sólo de sí misma, objetiva y amable que sea brújula y descanso. Si no descubrimos esto seremos siempre prófugos en lugar de homo viator, porque hacer camino es necesario para encontrarnos pero huir nos pierde para siempre.

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