La mayoría de las veces, por no decir todas las veces, el dolor más profundo nos llega porque las cosas no son como
quisiéramos, como habíamos planeado. Y cuando digo las cosas también me refiero a las personas y a lo que nos habíamos esperado de ellas.
Parece de perdedores el tema de la aceptación, nos jode que nos lo mencionen, pero si lo miras fríamente es más de perdedores aún e incluso de gilipollas perdido, diría yo, estar toda la vida pataleando rebelado contra las circunstancias (que por cierto, a quién le pegas el puñetazo?) amargado por dentro tratando mal a la gente que te rodea porque alguien te hizo daño, o tu novia te ha dejado, o se ha muerto tu padre o tu empresa ha quebrado... motivos no nos van a faltar nunca.
Tenemos que, necesitamos, aceptar las cosas como son, dejar de preocuparnos por lo que no depende de nosotros, sin actitud derrotista, porque los derrotistas son cobardes que no intentan nunca nada por miedo y los aceptadores son valientes que después de haber hecho todo lo posible confían en que de eso que tienen delante saldrá siempre algo bueno, "esto es lo que hay ¿qué hago yo con esto?", y en vez de un muro ven un nuevo camino por el que andar su vida, porque lo que no te mata te hace más fuerte y no aceptar es morir lentamente.
Y esa persona que te hizo sufrir tanto ... acepta ya por fin que es como es, le diste la oportunidad de ser mejor o quizás se la des cada día, en cualquiera de los dos casos, para perderla para siempre o para tenerla a tu lado, tienes que aceptarla, aceptar que no puedes esperar más de ella, no porque no pueda darlo sino porque no quiere o porque no está lista aún. En ambos casos el dolor desaparece, el alma se llena de paz cuando acepto por fin que las cosas, los demás, no tienen que ser como yo quiera que sean y que a pesar de esto y precisamente por esto puedo ser feliz, porque es otra forma más de aprender a querer.
Comments